Proyecto de Tramo La Raya - Desaguadero

El Tramo La Raya - Desaguadero se extiende desde el límite con Cusco hasta la frontera con Bolivia, y vinculaba dos lugares muy importantes del Tawantinsuyu: Cusco, la antigua capital Inca, y las Islas del Sol y la Luna en el lago Titicaca, lugar que en la mitología andina dio origen a la civilización Inca.  

A lo largo del Tramo La Raya - Desaguadero se encuentran áreas declaradas de máxima protección por la UNESCO por su valor paisajístico y cultural expresado a través de sus fiestas tradicionales ancestrales, danzas típicas, textilería y cerámica. 

Paisaje y actividad humana en el Camino Inca

El Qhapaq Ñan atraviesa en Puno paisajes de relieve plano, cubiertos de pajonales de ichu y pequeños lagos, rodeados de grandes montañas con crestas de nieve, donde nacen los largos y ondulados ríos que alimentan la cuenca del Titicaca, el lago navegable más alto del mundo (3810 m.s.n.m.). El clima de estos paisajes durante el día es seco y muy soleado; al anochecer, se torna frío y con mucho viento. 

Las poblaciones en los alrededores del Qhapaq Ñan se han adaptado al medio ambiente del altiplano a través de diferentes actividades socioeconómicas como la agricultura y la ganadería, complementada con la pesca de especies de lagos y ríos. Destacan también por su típica producción artesanal tanto en cerámica como en el tejido de fibras vegetales (totora) y animales (lana de alpaca y ovino) cuya calidad y belleza las convierte en emblemáticas de la región.

Desde la época prehispánica, el camino ha sido el principal medio para el comercio de productos agropecuarios entre el altiplano y las regiones aledañas. Por él circulaban personas, animales, recursos y productos de todos los espacios ecológicos.

Historia

El tramo del Qhapaq Ñan comprendido entre La Raya y Desaguadero inicia al norte de la cuenca del Lago Titicaca, desde la provincia de Melgar hasta Chucuito, en la frontera con Bolivia. En la actualidad, este camino simboliza un espacio de valor binacional entre Perú y Bolivia, expresada por la unión y el intercambio cultural, social y económico de ambos países. 
 
La historia del Camino Inca se remonta al nacimiento de la cultura Pucara (500 a.C. – 400 d.C.), que implementó una serie de caminos para la comunicación de aldeas en el norte de la cuenca del Titicaca. Años después, surge la cultura Tiwanaku (400 - 1100 d.C.) que continuó utilizando los caminos para el control y dominio del territorio altiplánico.
Con el surgimiento del Imperio Inca (1438 - 1532 d.C), los caminos fueron  ampliados y se implementó la construcción de espacios de descanso llamados tambos. Las luchas por el poder y dominio del Imperio Inca causaron su desintegración, facilitando la conquista española. Los indígenas se refugiaron en las orillas del Lago Titicaca. El camino tuvo múltiples usos a lo largo del tiempo, entre ellos destacan su rol en el proceso de evangelización partiendo del pueblo de Juli.
 
Durante la Colonia, la minería de plata en la región aprovechó el camino para alcanzar su legendario auge como una de las zonas más ricas de América. Años después el camino fue utilizado por las tropas de Tupac Amaru II en su rebelión contra las reformas borbónicas. A lo largo del siglo XIX y casi la mitad del XX el comercio entre Puno, Cusco y los valles de la costa se efectuó a través de extensas caravanas de arrieros.