El Proyecto Qhapaq Ñan del Ministerio de Cultura, ha iniciado los trabajos de identificación y registro en los valles de la costa peruana, donde ya se ha actualizado el registro de importantes secciones de camino los cuales demuestran la presencia de una compleja red vial en ambas márgenes de los valles que desembocan en el Océano Pacifico. Una compleja red cuyos caminos conectaban muchos de los más importantes asentamientos incas de la sierra con aquellos de la costa, como Xauxa - Pachacamac, Vilcashuamán – Sangalla (Lima La Vieja), entre otros.
En este primer trimestre durante los trabajos de identificación y registro de la red vial inca en los valles de Lurín, Cañete y Pisco se aplicó la metodología para reconocimiento y registro con soporte de un vehículo aéreo no tripulado (RPAS) con asistencia de puntos geo-referenciados mediante el uso de GPS Geodésicos, lo que permite acceder a zonas más remotas y potencialmente riesgosas de manera segura, ahorrando tiempos y brindando seguridad al personal en campo.
De esta manera se logró actualizar el registro de 8.3 km de caminos incas que se encontraban relativamente aislados y eran de difícil acceso.
En el valle de Lurín se ha registrado un aproximado de 2.5 km de caminos entre las localidades de San Francisco, San Isidro, Molle, Panquilma, Huarangal, Tambo Viejo, Curva Zapata y La Palma. Igualmente, en el valle de Cañete se ha registrado unos 2.3 km de caminos entre las localidades de Catapalla, Cantagallo, Lucumo, Soccsi, La Toma, Escalón, Ramadilla. Y en Pisco se logró reconocer unos 3.5 km de caminos entre Humay, Hualla Chica, Huancano, Pacra y Pampano.
La mayor parte de los caminos registrados en estos valles están definidos mediante el uso de plataformas de nivelación construidas con un relleno de piedra local y barro arcilloso sostenidas por muros de contención de piedra angulosa unida con mortero de barro arcilloso asentada sobre la ladera de la elevación montañosa.
Los caminos en estos valles tienen una dirección de este a oeste y se conectan directamente con los sitios arqueológicos localizados al pie de las estribaciones montañosas en las márgenes de los valles y en las desembocaduras de quebradas sobre terrazas aluviales. Estos caminos son apenas una muestra minúscula de la compleja red vial que alguna vez dominaron los valles occidentales. Muchos de estos caminos han sido afectados desde hace décadas por la expansión de la frontera agrícola y sus sistemas hidráulicos como los canales y las acequias que han venido a ocupar en muchos casos los mismos espacios de los caminos prehispánicos, lo cual ha generado que vayan desapareciendo mucha de la antigua infraestructura vial.
No obstante, en muchas partes de los valles se han logrado conservar secciones de camino, los cuales están siendo cuidadosamente registrados por el Proyecto Qhapaq Ñan del Ministerio de Cultura. Asimismo se está actualizando la información por medio de la aplicación de nuevos métodos apoyados en la tecnología, lo cual permite un registro más preciso para el estudio, protección y valorización de la red vial Inca.